Los procesos de expansión de los sistemas educativos durante el siglo XX, generaron amplias expectativas sobre su capacidad de incidir en la desigualdad. Sin embargo, las experiencias demostraron que tales beneficios se diluyen antes de llegar a los sectores más pobres de la sociedad. El presente libro pretende analizar específicamente el caso mexicano, pretendiendo determinar cuáles fueron los sectores más beneficiados y cuáles los factores sociales que determinaron esos resultados. El estudio se enfoca particularmente en las capacidades de los distintos sectores sociales para acceder y permanecer en los sistemas escolares, plataforma para aspirar a un futuro más prometedor.